sábado, 21 de agosto de 2010

A partir del 2011, los estudiantes de quinto año ya no tendrán que leer las aventuras de un caballero andante en El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes.



Según el Ministerio de Educación Pública, la segunda parte del Quijote es un texto muy extenso y complejo, que, al final, no leían los estudiantes, y que provocó las quejas de estos y de los docentes.

La segunda parte de este libro fue eliminada de la lista de textos de lectura obligatoria del Ministerio de Educación Pública (MEP) por considerar que era muy extensa, compleja de analizar y porque, de todas maneras, muchos estudiantes no la leían.



Lo mismo ocurrió con Rimas, de Gustavo Adolfo Bécquer; Marianela , de Benito Pérez Galdós, y La vorágine, de José Eustasio Rivera. En su lugar, los colegiales leerán El niño con el pijama de rayas, de John Boyne; Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carrol; Las aventuras de Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle o Frankenstein, de Mary Shelley.



Esto es parte de una reformulación de lecturas aprobada por el Consejo Superior de Educación del MEP.



El nuevo programa elimina la obligatoriedad de las lecturas y, en su lugar, ofrece listas de textos optativos para todos los niveles.



Razones. Según el MEP, la omisión de la segunda parte del Quijote responde a nuevas necesidades de lectura de los jóvenes.



Maleni Granados, asesora de Español del MEP para tercer y cuarto ciclos, afirmó: “Docentes y estudiantes se quejaron mucho de que Don Quijote era un libro muy extenso y difícil de manejar. Hay que ser claros: necesitamos que el estudiante lea y uno se daba cuenta de que no lo leían”.



Por eso, se decidió mantener la primera parte de este libro dentro del temario de décimo año y se buscó complementar con otros textos para undécimo año. “El que lean solo una parte del Quijote no afectará su desarrollo crítico porque tendrán otros buenos textos que leer".



Enamorarse. La nueva selección tomó cuatro años y en ella participaron expertos de las universidades Nacional y de Costa Rica que elaboraron una lista de 204 textos para primaria y de 143 para secundaria. “Antes teníamos una lista muy rígida y obligatoria, ahora creamos una lista más amplia para que pueda escogerse qué leer. Vimos que había que enamorarlos de la lectura a los estudiantes, por lo que decidimos poner también literatura más juvenil y cercana a su realidad, que les permita ser críticos y generar opiniones”.



Para especialistas en educación, el éxito de la lista dependerá de cada docente, que seleccionará y analizará los textos. Esto los acercará –o alejará– de la lectura.



“Estuvo bien eliminar la segunda parte del Quijote. Era un libro que no estaban leyendo, y la idea es que los jóvenes se enamoren de la lectura, no darles textos pesados con análisis rígidos. Esta lista tiene libros actuales, juveniles y que son de fácil lectura, pero el docente debe acercarlos y motivarlos”.



“El docente debe hacer que los jóvenes sean críticos y hagan sus propios análisis, y no imponerles análisis que hicieron otras personas desde visiones muy diferentes a las de ellos”.

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